Mapa mental
- Amelia Noguera
- 7 feb 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 15 feb 2020

Para concretar la idea del proyecto innovativo, he elaborado este mapa mental donde se pueden apreciar todos los puntos abarcados.
En primer lugar, la actividad se desarrollaría dentro del Aprendizaje Basado en Proyectos. De este modo se asegura la participación de todos los estudiantes, creando un clima relajado y generando entusiasmo, lo cual aumenta la motivación.
El modelo flipped classroom permite que los alumnos realicen la investigación fuera del aula para que una vez dentro de ella puedan dedicarse al trabajo, lo cual es muy conveniente en este caso.
Dentro de cada sesión se incluirían contenidos de la unidad didáctica, competencias del siglo XXI y una serie de valores.
Con respecto al aula, la actividad se realizaría en grupos de un máximo de 5 estudiantes. Los materiales necesarios consistirían en el uso de ordenadores o tablets con conexión a internet, un programa o aplicación en el que puedan añadirse imágenes, texto y crearse un hilo interactivo mediante vinculaciones, el libro de texto para que los alumnos selección los contenidos y finalmente un proyector para exponer el resultado final.
El rol del profesor consistiría en guiar al alumnado y supervisar el desarrollo de la actividad. Es fundamental que tuviese un nivel C1 de inglés y conocimientos sobre las TICs, pero también aconsejable que esté familiarizado con la narratología para aconsejar a los alumnos y evaluar mejor el desarrollo de la actividad.
Esta actividad bajaría el filtro afectivo del aula, reduciendo el estrés, por lo que beneficiaría al aprendizaje adquirido. Las características del proyecto apuntarían hacia la motivación intrínseca por parte del alumnado, la cual es la más conveniente. Los alumnos podrían desarrollar su creatividad de una forma autónoma.
Por último, la actividad constaría de cuatro fases: la primera se dedicaría a la presentación del proyecto, a la explicación tanto de su desarrollo como del uso de las herramientas y a la preparación de los grupos y materiales. La segunda fase consistiría en la selección de los contenidos de la unidad didáctica presente, en idear una narrativa e investigar sobre el tema en concreto a desarrollar para que dentro de esta narrativa se incluyan los valores a trabajar (prevención del acoso, compañerismo, igualdad de género, etc.), de modo que los alumnos tomen conciencia del mundo real y las malas consecuencias que incluirán como ruta dentro de la historia. La tercera fase comprendería la creación del capítulo, añadiendo tanto contenido visual como texto y vínculos que transporten al lector a los diferentes escenarios dependiendo de las decisiones tomadas. Tanto la segunda fase como la tercera se repetirían por cada unidad didáctica. Finalmente habría una cuarta fase en la cual se expondría el resultado final ante el resto de compañeros, publicado online.
En cuanto a la evaluación, se emplearía una rúbrica para que los propios alumnos valoren el trabajo de sus compañeros y para que los propios grupos se autoevalúen, debiéndose rellenar por cada capítulo y teniendo en cuenta criterios como los contenidos, la originalidad y la presentación. El profesor evaluaría el resultado final teniendo en cuenta estas rúbricas, observaciones propias, el buen uso del lenguaje, la actitud y participación y el progreso.
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